Un vodevil. La orden de expulsión dictada por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) contra Nouredin Ziani, presidente de la Unión de Centros Culturales Islámicos de Cataluña (UCCIC) y del espacio marroquí-catalán de la fundación Nous Catalans, próxima al partido Convergència Democrática de Catalunya (CDC), ha suscitado todo tipo de comentarios. ¿Qué razones hay detrás de ella? Sus posturas favorables al proceso soberanista que vive Cataluña se mezcla con acusaciones de proselitismo del salafismo más radical.
El director del CNI, el general Félix Sanz-Roldán, interpuso una denuncia contra Ziani pues, según consta en la orden de expulsión, además es «un colaborador muy relevante de un servicio de inteligencia extranjero desde el año 2000». En el documento no se cita a ninguno en concreto, pero se trata de una clara alusión a la Dirección General de Estudios y Documentación (DGED) de Marruecos.
La denuncia subraya que Ziani, que habría estado a sueldo de la DGED, ‘pone en riesgo la seguridad del Estado, compromete la política exterior española y constituye una amenaza a la estabilidad de las instituciones’. Insiste en que el agente marroquí ‘ha favorecido los intereses de esa nación extranjera en perjuicio de la seguridad nacional’ y asegura que contactó ‘con los principales líderes salafistas’ e impulsó ‘la financiación de sus proyectos’ como la ‘construcción de mezquitas’, ‘actividades que, en última instancia, favorecen la expansión de las tesis radicales en nuestro país’.
Ziani es natural de Oujda pero lleva 14 años en Barcelona y preside desde hace años la Unión de Centros Culturales Islámicos de Cataluña (UCCIC), una asociación musulmana que enseña el árabe y reparte ayudas a las familias, sobre todo en Ramadán.
Fue detenido por la policía a última hora de la tarde del jueves 16 de mayo, cuando se encontraba en el despacho de un notario de Barcelona firmando poderes a su mujer, Atiqa Bouhouria Moulay Meliani, por si le expulsaban. La detención se produjo muy pocas horas después de que el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, firmara en la tarde de este jueves la orden de expulsión definitiva. Ziani pasó la noche en comisaría y fue expulsado el día 17.
La retirada de su permiso de residencia en España, donde lleva 14 años, y su detención y posterior expulsión, han sido interpretados por algunos políticos catalanes como un ataque a los planes independentistas de la región. «Estamos indignados con esta nueva maniobra del CNI», declaró Àngel Colom, secretario de inmigración de CDC y director de la Fundació Nous Catalans, que busca enrolar a los inmigrantes en las filas nacionalistas.
Las dudas persisten sobre las verdaderas razones de la expulsión de Ziani. Para Ignacio Cembrero, del diario El País, en todo caso, «Ziani cumplió las consignas del espionaje de Rabat: trató de controlar a la inmigración, para que sea fiel a Mohamed VI y no se radicalice, y luchó contra el Frente Polisario». Y en este sentido, prosigue, «Rabat dejó caer a Ziani. Prueba de ello es que la prensa oficialista marroquí, que en múltiples ocasiones ha arremetido contra el CNI culpándole de todo tipo de fechorías, guarda silencio o cuenta los hechos con exquisita neutralidad.»